miércoles, 23 de febrero de 2011

FIESTA DE DISFRACES EN EL PALACIO

Érase una vez una princesa llamada Natalia, vivía en un palacio de Londres. Natalia era una princesa muy especial, tan especial que una vez la reina se arrodilló ante ella y le dijo:
-“Cuando muera te dejaré mí puesto”.
 La pobre Natalia se quedó tan alucinada que se desmayó, pero como le asustaba desmayarse se despertó y así una media hora desmayándose y despertándose, desmayándose y despertándose todo el rato.
Un día la princesa Natalia quiso dar una fiesta de disfraces en palacio, pero había un pequeño problema, Natalia no encontraba el disfraz adecuado.
-No encuentro mi disfraz, ¡quiero que sea especial y original!
 Buscó por todas las tiendas de Londres, pero no encontró ninguno.
 Natalia tenía tres amigas: Zaira, Andrea y Alejandra. Ellas decidieron hacer una reunión urgente en casa de Alejandra, porque su madre era diseñadora y podría ayudarlas.
Al final acabaron decidiendo que disfraz se iban a poner,  eligieron unos disfraces de hadas: Natalia, hada de la primavera, Alejandra, hada del invierno, Zaira hada del verano y Andrea hada del otoño. La madre de Alejandra hizo unos disfraces muy bonitos, el de Natalia parecía hecho de flores, el de Alejandra parecía hecho de hielo, el de Zaira parecía hecho de arena y el de Andrea parecía hecho de hojas de árbol.
Cuando llego el día de la fiesta  iban guapísimas y habían venido unos príncipes, exactamente  `4´, con los que las madres de las chicas querían casar. Se llamaban: Iván con el que querían casar a Natalia, Pelayo con el que querían casar a Alejandra, Lucas con el que querían casar a Zaira y Luis con el que querían casar a Andrea, pero a ninguna le gustaba ninguno, pero a los chicos sí.
En la fiesta de disfraces ninguna de las chicas les hizo caso a los chicos, aunque estaban todo el tiempo detrás de ellas, las chicas al final se cansaron y les dijeron:
-No podéis volver a ninguna de nuestras fiestas y para vosotros esta ya ha terminado.
Los chicos se fueron tristes. Desde ese momento, para ellas fue la mejor fiesta. Y si queréis escuchar otro cuento esperad a que escriba otro.

FIN

 Natalia